La Hacienda portugesa sostiene que las comisiones pagadas por los clubes a los agentes en los traspasos deben considerarse parte del salario del futbolista y, por lo tanto, tributar en el 'Imposto sobre o Rendimento das Pessoas Singulares' (IRS) el IRPF portugués. Si esta interpretación prospera, muchos jugadores verse obligados a pagar millones en impuestos atrasados.