Umberto Catanzaro soñaba con hacer carrera en el fútbol italiano. A sus 23 años, jugaba en el Nuova Napoli Nord, de categoría regional, y se preparaba para ser padre. Sin embargo, su vida quedó atravesada por una historia ajena: una venganza ligada a la difusión de un vídeo íntimo de la hija de un jefe de la camorra. El joven fue herido por error en un tiroteo en el centro de Nápoles el 15 de septiembre y ha fallecido este lunes tras pasar casi dos meses ingresado en el hospital Pellegrini.
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