Cuando juega Leo Messi, Estados Unidos se detiene. A sus 38 años, el astro argentino sigue empeñado en saldar cuentas pendientes: la eliminación del año pasado en la primera ronda del playoff de la MLS ante Atlanta United le dolió. Le daba igual haberlo ganado todo en el fútbol. Y lo dejó claro con una actuación memorable frente a Nashville, firmando una de esas noches que justifican el precio de la entrada. El partido era a vida o muerte. Y vaya si respondió.