El imponente inicio de curso del Bayern de Múnich relegó a un segundo plano a Jamal Musiala, que el pasado mes de julio vivió en sus propias carnes la cara más cruel de este deporte. Acuérdense, si no, de que protagonizó una acción fortuita con Gianluigi Donnarumma en el PSG-Bayern de los cuartos de final del Mundial de Clubes que encendió las alarmas en Baviera. Una imagen no apta para sensibles. Y las pruebas médicas confirmaron los peores presagios con el germano: "El atacante sufrió una fractura de peroné como consecuencia de una luxación de tobillo".