Hubo un momento en el que Marco Asensio era el presente y futuro del Real Madrid. Se acordarán de aquella zurda exquisita que tantas alegrías brindó al madridismo en las grandes noches. Un chico tocado por una varita. Con personalidad precoz. Su debut oficial con el primer equipo en la Supercopa de Europa de 2016 ante el Sevilla disputada en Trondheim (Noruega) será siempre recordado: golazo por toda la escuadra para poner el 1-0 y ganarse un puesto en la plantilla que dirigía Zinedine Zidane.