Estevao no es un futbolista de videojuego solo por su inmensa habilidad para levantar al espectador del sofá. Lo es porque avanza pantallas cada vez que juega, y a un ritmo frenético. No corre: supera niveles. No regatea: activa trucos. Y, con apenas 18 años, ya ha superado más desafíos que muchos veteranos en toda su carrera. El último, con la Brasil de Raphinha, que mira con ilusión al Mundial de 2026.